ISMAEL

Cuando hablamos de la belleza de las esculturas, siempre vemos como desde hace más de 5 siglos la

definición de estas era perfecta. Vemos como la piedad de Miguel Angel junto con el Cristo en sus brazos es una obra que podemos contemplar en el vaticano y que cada centímetro de ella es prácticamente insuperable. Al igual que ella, podemos ver en muchos lugares del mundo, otras esculturas de belleza similar y que teniendo en cuenta las pocas tecnologías de la época, es más que admirable toda la pureza que daban a las mismas.
La semana pasada, pasó por el estudio Ismael, un asiduo a nuestro estudio que lleva un brazo, al igual que las esculturas, perfecto. Lo dedicó todo a esculturas de las más representativas y estéticamente hacen que desde la mano hasta el hombro la composición sea ideal. Miguel ha sabido hacer de sus sombras una genialidad terminando el brazo con unas texturas propias de un genio. Dani Brazal.