Ayer vino Francisco al estudio para hacerse una de sus grandes pasiones, el tenis. Miguel como es habitual en él, cuando de objetos se trata da el máximo y lleva los tatuajes a un realismo fuera de lo común haciendo que el antebrazo de Francisco lleve su pasión de por vida con una calidad como no podía ser menos, increíble. Dani Brazal.
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